A la usanza de antiguo caballero cristiano, juré no buscarte
semejante compromiso con mi honor, con dios y con mi nombre
no podía ser vulnerado, no debía.
Dios es testigo digno de decir que me costó sangre no ir tras de ti
cuando emprendiste la marcha, pensé que mi hombría era suficiente bastíon
para resistir tus ausencias en las noches de la sierra; sin embargo, para eso del amor, no hay hombría suficiente ni reuniendo a los más viriles guerreros de todas las batallas.
No me dobló el dolor, debo decirlo en virtud de mi buen nombre, pero, la ausencia, esa si que me mató, de pronto mi honor parecía poca cosa, mi culto desatino y mi nombre perdía todo su valor, que más me daba, te busque, te busque por todos lados, recorrí todo el monte, el mar y los caminos que no eran caminos. Te perdí.
Ahora..sin honor, sin dios, sin nombre y sin juramento, me pierdo en la oscuridad de los montes.
